Quisiera platicarles lo que me pasó el día de hoy. Llegué al superama a las 4:00 PM, sabía que tal vez era tarde y Elvi ya había llegado. Para mi buena suerte, justo en ese momento se estaba bajando de su camioneta con Ulises. Se veía putísima, llevaba una mini falda de color negro, una blusa escotada roja, sus lentes oscuros y su peluca rubia. Con tan sólo verla, tuve una erección y hubiera deseado tomarla allí misma en el asiento trasero de su camioneta.
Elvi entró al super junto con su marido. Yo iba atrás, y me quedé a distancia. Cuando pasábamos por las medicinas, vi que la golosa diosa del sexo compraba 3 paquetes de condones. Envidié a los hombres que los usarían, pues gozarían de su sexo y sus deliciosas nalgas.
Caminamos a las frutas y yo escogí un par, curiosamente, Elvi fue a los melones. La comparación con sus dulces senos era inevitable, las ganas de besarlos, morderlos y tocarlos eran incontenibles. Continuamos caminando, y Elvi hizo algo que me produjo un escalofrío, bajó un poco su falda, dejando ver que no llevaba tanga… el pensar en su sexo desnudo bajo esa pequeña prenda, hizo que mi pene se pusiera aún más erecto y me costara trabajo disimular.
Llegamos a la panadería, Elvi no podía encontrar charola, así es que yo me apresuré cuando un señor de edad dejó la suya, y se la ofrecí. Ella me sonrió pícaramente, aproveché para susurrarle al oído: “te ves suculenta, quien pudiera cubrirte de chocolate y saborearte”. Elvi volvió a sonreír, recogió pan en la charola y siguió su camino.
En los vinos, nos encontramos de nuevo. Yo estaba revisando una botella y ella hizo algo increíble. Fingiendo tomar una botella que estaba a la altura de mi cintura, rozó mi pene con el dorso de su mano. Casi me vengo en ese momento. -Ay perdón, ¿Me permites? -Por supuesto, pero… si me permite recomendarle un vino. Lleve este español, es buenísimo, suave, un poco dulce… con un gran cuerpo como el suyo. Ella se rió y me dijo: -Ya me ganaste. Déja todo y vámonos.Yo estaba confundido: -Pero ¿Y las cosas? -Déjalo, mi marido se encarga. Fue con Ulises y le pidió las llaves de la camioneta, me tomó de la mano y salimos con calma, pagamos un refresco para que no se viera tan mal nuestra huida y fuimos directo al auto. Elvi y yo subimos al asiento de atrás. Estaba más que increíble y yo me moría de ganas por tocarla, pero no sabía por donde empezar. Comenzamos con un suave beso y Elvi, siempre la maestra, puso su mano en mi pierna, comenzó a subir hacia mi pene, y yo la besé más apasionado en los labios y luego en el cuello. Puse mi mano en su muslo y comencé a subir su falda. Pude comprobar que efectivamente no usaba nada bajo la falda. Ella debió entender mi emoción, pues puso sus manos en mi pantalón, desabrochó mi cinturón y se llevó mi pene a sus labios. Poco a poco comenzó a lamer y succionar, y con cada movimiento de su lengua yo me sentía en el cielo. Luego, abrí su blusa y comencé a tocar sus senos y a besarlos. Ella gemía suavemente, mientras tocaba mi pene y me pedía que la penetrara.Primero lo hicimos de misionero. Sus piernas abiertas abrazaban mi cintura mientras yo la penetraba y lamía sus senos. Comenzamos a movernos más y más rápido y ella puso sus piernas sobre mis hombros para que la penetrara aún más profundo. Fue increíble estar tan adentro de ella. Estaba a punto de venirme, pero me pidió que no lo hiciera. Se volteó y me ofreció sus deliciosas nalgas. La penetré de perrito y le dí una nalgada. Pensé que había cometido un error, pero ella me pidió otra más fuerte. Continúe nalguéandola y sintiendo sus nalgas contra mi pene. Cada vez iba más rápido y profundo. Sin poderme contener, me vine adentro de ella. Estaba exhausto, pero Elvi me reanimó con otra chupada deliciosa y suculenta. Esta vez se sentó sobre mi pene y gimió deliciosamente. Terminamos exhaustos y sudados, compartimos el refresco, platicamos y nos vestimos. Ulises ya había llegado con las bolsas y estaba esperando para subirlas. Le ayudé, después me despedí de él estrechando su mano y de Elvi con un corto beso en los labios.Ahora que pienso en ella, me excito de nuevo y me muero de ganas por verla otra vez.
Hola soy elvi, verdad que lo narro super mi amiguito? Escríbeme papi, parejitas, hagamos estas travesuras juntas
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